Jaiei Moharán - Tzadik


1 (104). El Rebe Najmán nació en la ciudad de Medzeboz, en Shabat, el primer día del mes de Nisán 5532 (4 de abril de 1772)[1] y entró en el Pacto el Shabat HaGadol[2] (11 de abril). Dejó su vida y ascendió en el año 5571 (1810), el 18 del mes de Tishrei, un martes, el cuarto día de la festividad de Sukot (16 de octubre). Falleció en Umán, la ciudad que eligió como su lugar de descanso para la vida eterna.[3] Vivió, por lo tanto, un total de treinta y ocho años, seis meses y dieciocho días.

2 (105). Desde el día en que nació hasta que llegó a ser bar mitzvá[4] y se casó, vivió en Medzeboz. Ya hemos registrado en otro lado[5] el relato de sus devociones, aunque menos que una gota en el océano es lo que se sabe de ello. Ya de niño se había despertado en él una ferviente devoción al servicio a Dios.
 Se casó en la región de Medvedevka con la hija[6] del gran Rabí Efraim, de bendita memoria. El Rabí Efraim, famoso por su erudición y temor al Cielo, era un hombre muy respetado proveniente de una conocida familia. Originario de Zaslov, se mudó a Ossatin, uno de los numerosos poblados alrededor de la ciudad de Medvedevka, tomando a su cargo la responsabilidad sobre estos pueblos. Tenía un buen nombre entre los Tzadikim famosos, quienes solían visitarlo y hospedarse en su casa. Su esposa, la suegra del Rebe, era una mujer de extraordinaria piedad.
 El casamiento del Rabí Najmán tuvo lugar poco después de su bar mitzvá. En el mismo día de su boda, al salir de la jupá al final de la ceremonia, fue sobrecogido por un tremendo anhelo y deseo por Dios. En ese mismo día entabló amistad con el Rabí Shimón el hijo de R. Ber.[7] De ahí en delante vivió en la casa de su suegro y trabajó en sus devociones en los pueblos de los alrededores de Medvedevka. Se esforzó y trabajó con todas sus fuerzas. De vez en cuando solía viajar a Medzeboz.
 Solía hablar con la gente sobre el servicio a Dios, y era capaz de encender su entusiasmo y de evocar en sus corazones una fuerte pasión por Dios. Pasaron varios años. El Rebe Najmán continuó con sus devociones, ayunando, meditando y luchando sin respiro, enfrentando innumerables pruebas. Mientras tanto, seguía viviendo en la casa de su suegro. En este período algunas personas comenzaron a seguirlo aunque aún era sólo un joven de menos de veinte años. Sin embargo, era extremadamente diligente y enérgico en sus devociones, las que comenzó cuando era literalmente un niño.

3 (106). El Rabí Shimón me relató que en el día del casamiento del Rebe, inmediatamente después de cubrir el rostro de su novia de acuerdo con la costumbre, llamó a varios jóvenes y habló con cada uno individualmente. Con sutileza los examinó para descubrir cuál era su verdadera disposición. Finalmente llamó al Rabí Shimón y comenzó a hablar con él de la misma manera velada, dando la apariencia de que estaba interesado en las vanidades de este mundo. El Rabí Shimón quedó asombrado sin responderle, pues no estaba interesado en tales cosas. El Rebe le dijo: "¿Qué quieres decir? Después de todo eres humano. ¿Por qué no quieres todas las cosas que tiene para ofrecer este mundo?". "Yo soy una persona simple", respondió el Rabí Simón, "y mi deseo es de pureza". "Me parece", dijo el Rebe, "que va a surgir una gran relación entre nosotros".
 Él le contó entonces que había hablado con los otros jóvenes, examinándolos, y que todos estaban muy lejos de Dios. Sus pecados los habían corrompido. El Rebe llevó inmediatamente al Rabí Shimón afuera, al campo, y hablaron largamente sobre el servicio a Dios. Estaban llenos de entusiasmo y el Rebe habló con gran fervor. "No hay otro propósito en este mundo más que abandonar nuestros deseos mundanos y servir a Dios. Esto se aplica especialmente a mí, siendo que éste es el día de mi boda en el que se me perdonan todos mis pecados.[8] En verdad debo examinarme muy cuidadosamente". Continuaron hablando de esta manera hasta que llegó el momento de la ceremonia del matrimonio. Cuán afortunado es el novio que verdaderamente reflexiona sobre el propósito de la vida en el día de sus esponsales.
 Desde ese momento el Rabí Shimón se apegó mucho al Rebe. El Rebe le hablaba de manera muy persuasiva, sobre cómo debía seguir su ejemplo y separarse por completo del mundo, para poder así luchar y trabajar exclusivamente en el servicio a Dios. El Rabí Shimón le dijo: "Ciertamente te volverás un Tzadik famoso. Mi deseo es ser siempre tu asistente". Esto es lo que de hecho sucedió.[9] Aun así, el Rabí Shimón era de por sí un hombre de una notable santidad. Hace algunos años escuché decir al Rebe que el Rabí Shimón ya había quebrado por completo todos sus rasgos malos de carácter.[10]


[1] Kojavey Or, Sijot veSipurim p. 128 #42, dan como fecha alternativa Shabat, primero de Nisán 5531 (16 de marzo de 1771).
[2] El Shabat que precede inmediatamente a Pesaj es conocido como Shabat HaGadol. Gadol, que significa grande, hace referencia a los grandes milagros realizados para los judíos antes del Éxodo.
[3] Más abajo 88, 94, 114; Iemei Moharnat 58, 66.
[4] 1º de Nisán 5545 (11 de marzo de 1785). De acuerdo con el Kojavey Or esto fue un año antes, el 24 de marzo de 1784.
[5] Alabanza del Tzadik, p.3-28.
[6] Aunque en ningún texto se la llama por su nombre Sashia, se la nombra en una carta escrita por el Rebe. Ver Until The Mashiach, p.7.
[7] El primer discípulo del Rebe Najmán. El Rabí Shimón era un estudioso y comerciante. Se trasladó a la Tierra Santa en el año 1820, asentándose en Safed. Ver Kojavey Or, p.23-24; Until The Mashiach p.297-299.
[8] Ierushalmi, Bikurim 3:3
[9] Ver más adelante: 534.
[10] Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov, 44; SHiMON tiene las mismas las letras que avON MaSH, "borrar el pecado".